La característica fundamental de las encimeras es la resistencia, ya que son la superficie de trabajo de la cocina, por lo que deben ser capaces de mantenerse intactas y no sufrir daños al cortar, soportar mucho peso, cambios de temperaturas, … Además, los materiales utilizados deben cumplir todos los requisitos para superficies higiénicas, ya que estarán en contacto directo con los alimentos y por eso desde su fabricación se les aplican tratamientos que evitan la proliferación de hongos y bacterias, además de aquellos que evitan las antiestéticas huellas y manchas. Las claves a la hora de adquirir una encimera: con mínima porosidad posible, máxima resistencia y facilidad de limpieza.
– Piedra natural: las encimeras de piedra natural son las más clásicas y las más habituales son las de granito. Destacan por su dureza, durabilidad y composición. Cada pieza es única y atemporal y están disponibles en acabados lisos, pulidos o rugosos.
– Mármol: tienen menor dureza que el granito y mayor porosidad. Destacan por las impurezas que le aportan la gran variedad de colores y configuraciones que lo caracterizan, como el jaspeado, el veteado o una mezcla entre ellas. Al pulirse, alcanza un alto nivel de brillo natural.
– Piedra de cuarzo: estas encimeras son muy resistentes y aportan una amplísima variedad de colores. El acabado pulido proporciona colores más ricos y brillantes. Su acabado el rugoso le aporta originalidad y el satinado destaca por su textura aterciopelada.
También permite que se hagan a juego las traseras, los fregaderos y los escurridores.
– Cerámica: ofrece una amplísima variedad de posibilidades en cuanto a color y acabados. Son muy resistentes al rayado, el calor y la humedad y aportan un toque cálido y personal.
– Superficies porcelánicas: imitan perfectamente el acabado de la piedra natural. Su precio es algo más económico y pueden instalarse en paneles de grosor muy reducido.
– Vidrio: es un material noble, elegante y duradero. Puede tener acabado en brillo o satinado e innumerables opciones de diseño. Son una opción muy interesante.
– Madera maciza: es un material natural y renovable que destaca por su gran belleza y aporta una gran calidez al hogar. Sus ramificaciones y colores hacen que sea un material único y capaz de integrarse tanto en ambientes actuales como cásicos.
– Laminado o postformado: se fabrican sobre una base de aglomerado o DM recubierto de una lámina sintética decorativa que imita cualquier material. Su duración y resistencia son menores que las del resto de materiales.
– Acero inoxidable: es uno de los materiales por excelencia para las superficies de trabajo. Además de su atractiva estética es resistente y duradero, transmite sensación de higiene y un estilo muy actual.
– Superficie sólida: Superficie sólida pueden incluso llevar integradas la placa de cocción, el fregadero, el escurridor, etc. ya que pueden adoptar cualquier forma para una homogeneidad completa.
– Piedra artificial: están realizadas con mezclas de materiales naturales y artificiales.
Son muy estéticas, resistentes, versátiles y muy moldeables, lo que permite, integrar el fregadero, generando efecto de continuidad.
– Microcemento: se puede colocar sobre otros materiales y, aunque no es muy utilizado en encimeras de cocina, se pueden fabricar de una sola pieza, incluyendo fregadero y encimera.
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